lunes, 2 de diciembre de 2013

París mandando indirectas

Hola queridos y queridas, hoy os voy a contar un secreto: París me manda indirectas.

Mi abuela estará contenta de saber que he engordado un par de kilos y aunque el estrés de la vida parisina me obligue a subir y bajar escaleras de metro, durante la semana no hago largas caminatas, por eso París decidió el jueves darme una lección y mandarme una indirecta.

¿Cómo? Muy sencillo.

Quería volver a casa y me fui a la parada del bus (7 minutos de espera). Me monto en un abarrotado bus número 63:

Estudiante erasmus ahorrándose el billete de bus

Y entonces París dijo: Querida Victoria, por favor, deja de llevar una vida de gorda y camina un poco! Y el bus se estropeó.

Intentando esquivar las indirectas me dirigí al metro más cercano, caminando con estilo:

Sí, así es como suelo entrar al metro

Y el karma dijo: ¡que se estropee el metro también!

Una Victoria muy cabreada va en busca del RER.
Y aquí introduzco una nota aclaratoria, porque este blog es ridáctico (a la par que ríes, aprendes). El RER es un tipo de tren que va desde París ciudad hasta los diferentes barrios que están en las afueras, dentro de París tiene menos paradas así que suele ser más rápido si tienes la suerte de vivir al lado de una de las paradas. Me encaminé entonces hacia mi RER, el RER C....

El RER sin embargo se caracteriza por estar habitado normalmente por gente más bien rara. 

Especie que habita normalmente el RER

Y cómo no, el RER decidió que todos los pasajeros teníamos que abandonar el tren en una parada para montarnos en un tren distinto a causa de problemas técnicos.

Una Victoria más que cabreada se baja del RER y espera durante otros 7 minutos al siguiente.

Finalmente Victoria llega a casa una hora después habiendo hecho un trayecto que normalmente se hace en 15 minutos.
Victoria poniendo cara de satisfacción

¿Y este fin de semana?

Voy a bautizarlo el fin de semana culinario, y no porque haya visto culos (que también) sino porque he comido por primera vez desde que llegué un pescado en condiciones. Anaïs me hizo una cena que nada tenía que envidiarle a las tapitas del Faro, crema de aguacatesatún con puré de boniato. (Querida familia, sí, estoy practicando para hacer la cena de Navidad, no os preocupéis). Y además hicimos vino caliente, que el simple olor ya me llevaba a recordar la Navidad pasada en Estrasburgo y por consecuente a mi queridísima Alexia.

Además he podido disfrutar de las vistas de la Galeria Printemps...


Y también aprovechar para ir un poco de compras...

La táctica de las ladronas profesionales


Para terminar, estos días me estoy hartando de leer discursos para un examen que tengo el sábado que viene, así que ya sé más retórica que cualquier político español.
Un momento, antes de cursar la asignatura no sabía nada de retórica.... es decir, ya tenía el nivel de retórica de cualquier político español.

Y además he empezado a buscar trabajo para el verano, mirando qué empresas me interesan más... y como cualquier soñadora, pues echo el currículum en el Louvre, en La Biblioteca François Mitterrand, en la Oficina Oficial de Turismo de París... pero la cruda realidad....


...es que terminaré lavando platos en un chino.

Volveremos próximamente con noticias frescas cual gambitas de la plaza!
Besitos,

Victoria


2 comentarios:

  1. voy captando la indirecta de las gambitas,,,,,,, las iré comprando para Navidadesssssssssssss

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  2. Qué estrés, hija mía... Practica mucho la gastronomía, y así nos beneficiamos todos. Te queremos.

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