domingo, 8 de diciembre de 2013

Clases de retórica francesa que terminan con exámenes de Kennedy

Queridos y queridas, fin de otra semana en París... una semana que dentro de lo que cabe ha sido rutinaria pero como siempre, hay detalles que contar, porque vivir en París no deja nunca indiferente!

La semana empezó con una gran noticia. Bueno, primero tengo que especificar que para mí las semanas empiezan el martes porque el lunes no tengo clase....
Y voilà, me dieron por fin la nota de una asignatura que tengo de lingüística inglesa, bastante absurda por cierto, en la que el profesor se divierte contando conjunciones de coordinación. Cuando vi mi nota aprobada.... esta fue mi reacción:

Juro que no estoy exagerando

Sin embargo llegó el temido jueves, y con ella esa maldita asignatura de retórica francesa a las 8 de la mañana que no hay ser vivo que aguante despierto las dos horas de clase, y allí estaba Victoria, agarrándose los ojos con pinzas de tender para no quedarse frita e inyectándose café en vena... pero nada, estuve dando cabezazos como si no hubiera mañana. Y lo peor es que el sábado era el examen final de esa queridísima materia (sí, el sábado... un examen un SÁBADO, Vive la France, Vive la Sorbonne). 
Es un motivo por el cuál me he llevado toda la semana leyendo discursos y ya estoy capacitado para convenceros de cualquier cosa, creo que hasta sería capaz de jugar con mis armas mortíferas de retórica y convenceros para escuchar un disco de Andy y Lucas durante ocho horas seguidas sin que os quejarais, cómo os quedáis. 

Y llegó el temido sábado.... con ese temido examen. Después de haber leído y releído las miles de cartas de Montesquieu y to los discursos que el dichoso Charles de Gaule había pronunciado, cuando ya estaba convencida de que si no era un francés el que nos ponían en el examen, sería Nelson Mandela (que en paz descanse) me veo que la pregunta es "Analiza este discurso de Kennedy" (bueno, el examen era en francés así que en verdad ponía analisé sil vu plé este discugso de Kenedí) Qué decepción, me creía que iban a tirar más pa su tierra y poner uno francés.
Pero sin más detalles oscuros y horribles sobre la caca de examen, salí al menos sintiendo la libertad de no tener que leer más palabrería...

Y además me compré un libro por un euro pa compensar el disgusto

Después ese sábado que tan mal había comenzado, siguió con rato buenísimo preparando la decoración de navidad del foyer y yendo a comer crêpes para seguir mi proceso de anti-dieta. 
La anti-dieta es un proceso que hay que llevar a cabo cuando vas a ver a tu abuela después de haber pasado más de dos meses fuera de tu casa, porque ella jamás aceptará que estás en tu peso ideal, así que hay que comer mucho antes de volver para que esté satisfecha, así que abuela, no te preocupes, me estoy preparando para cuando nos veamos.


Victoria próximamente

Después fuimos al mercado de Navidad del Sagrado Corazón y a beber un vino al barrio latino (qué glamour por dios).

Para terminar, no puedo obviar cuáles han sido mis manjares de este fin de semana... porque hoy, domingo 8 de diciembre, es un día especial, un día precioso que siempre quedará en el recuerdo como el día en el que COMÍ LENTEJAS EN PARÍS.
Sí queridos/as lectores, una chica del foyer, (sevillana tenía que ser) me dio un tape de lentejas con chorizo que comí con dos lagtimones resbalando por mis mejillas. 

Victoria relamiéndose

Y encima para cenar hice una tortilla de papas. De papas, nada de tortillita francesa, hasta le puse cebolla.

Omitiré el bonito momento en el que casi la lío parda 
intentando darle la vuelta a la tortilla.

Y eso es todo amigos, pronto volveremos contando cómo son los últimos días antes de volver a casa por Navidad... (va a ser duro dejar este sitio durante dos semanas, quién me lo iba a decir).


Besitos, Vic

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