jueves, 26 de septiembre de 2013

Sorbonianos: habitantes de otro planeta.

Hace casi una semana que no os cuento qué tal va por París... ¡pero aquí estamos de nuevo! Os confieso que es un placer recibir mensajes diciendo que queréis leer otra entrada.

¿Dónde me quedé? Ah oui, el fin de semana!
Este fin de semana ha estado marcado por la visita de la madre de Carmen, con la que pasamos un sábado muy completito, visitando Montmartre, plaza de los pintores, Sacré-Coeur...
Entramos en el Museo del Romanticismo, en el que por cierto una de sus obras/cuadro/esculturas más preciadas trabaja en la cafetería y tiene forma de camarero italiano. Carmen y yo ya hemos decidido dónde merendaremos las tardes que tengamos libres aquí en París.


Y como todavía nos quedaba mucho día por delante.... ¡fondue de fromages! Es decir, imaginad... QUESO FUNDIDO PARA MOJAR COSAS DENTRO. Lo que traducido resulta, placer de dioses. 

El domingo Carmen y yo fuimos a dar una vuelta con Clara por Tulleries y por el Palacio Real (porque sí, en París hay un palacio real sin que haya monarquía, ejem España, podrías aprender y dejar la Zarzuela en alquiler...).
París es una ciudad con encanto y con secretos... y qué mejor secreto que el que encontramos ese día. Existe al lado de la iglesia San Eustaquio un universo paralelo, bajo tierra, un centro comercial en el que hay una Biblioteca del cine. Así, de repente, París encierra en el subsuelo una mina del cine mundial!

Franceses entrando en el universo paralelo

Esa noche Carmen y yo hicimos un picnic bajo la Torre Eiffel, que como podréis imaginar, es un sitio precioso, bajo la luz que desprende la torre y acompañadas de una centena de parejas que muy acarameladas se besaban jurándose amor eterno. Hay que contar que vimos a una pareja besándose apasionadamente con su amiga al lado, sentada mirándoles (la pobre mía, estuvimos casi tentadas de invitarla a sentarse con nosotras). Ah! Se me olvidaba, vimos al doble chino de Harry Potter. 

El lunes llegó finalmente el paquete de mi madre con toda la ropa de invierno... justamente cuando ha vuelto el buen tiempo y París nos deja ponernos mangas cortas. De todas formas me hizo muchísima ilusión recibirla y la abrí con pasión... (gracias por el espejito mamá)

Victoria abriendo la caja

El martes fue mi primer día de clase, así que me encaminé a la Sorbona (pero no al edificio bonito, sino al del barrio chungo) a mi primera clase de literatura medieval y renacentista inglesa. Suena bien eh? La profesora hablaba en francés, y todo iba bien hasta que empezó a hablar en inglés... pero mezclando con francés. 

Victoria intentando entender la clase

No quiero omitir un bonito detalle: aquí la gente viene a clase en tacones, minifalda, chaqueta etc. Ahí lo dejo.

Ese es el resumen de mi semana, los tres días más perdida que el carro de Manolo Escobar y comiendo sola, porque no os he contado lo mejor: la gente no habla.
No señores, la gente entra en clase y no interactúa, se quedan en el pasillo y no te miran, no te dirigen la palabra, no te preguntan cómo te llamas o qué haces en tu vida. Queridos lectores y lectoras, ¿os imagináis alguna clase universitaria gaditana donde la gente se quede callada?

Victoria mezclándose en la fauna de la Sorbona

Durante dos días la única persona que se me acercó fue para decir: "¿Puedo llevarme esa silla?"

Y después de que me invitaran a abandonar una clase y destrozaran así mi acuerdo académico y mi horario, he conseguido volver a arreglarlo todo y tener clases a horarios decentes sin demasiados huecos.

Pero no sólo voy a contaros las cosas malas de la Sorbona, porque si por mí fuera ya me habría liado a tortas con la gente, pero como ya dije hace un par de semanas, soy una persona muy educada. 

Sonrío pero por dentro estoy así

Anoche nos encaminamos las chicas del foyer y yo (éramos 8 chicas de 6 nacionalidades distintas) al Jardín de los Inválidos, donde había un picnic de erasmus en el que nos enseñaron la jerga de los jóvenes franceses. Sin duda lo mejor fue que María y yo conocimos a dos parisinos que nos confesaron que en verdad la jerga que nos estaban enseñando era mejor no usarla normalmente porque hablaríamos como canis. Así que al menos pude hablar francés (después de haber pasado toda la semana leyéndome Mucho ruido y pocas nueces y dando clases en inglés, ya casi no me acordaba de que seguía en Francia) y seguir confiando en que hay gente en París que HABLA.

Y hasta aquí todo queridos/as, la semana ha sido muy difícil, pero ya se termina!! 

 Ya he cantado en el metro

He comido bajo la Torre Eiffel

He corrido para coger el metro
(e incluso he saltado cuando ya estaba sonando el pito)


¿Soy ya una parisina?

viernes, 20 de septiembre de 2013

Gangas parisinas

Durante estos dos días he podido disfrutar de los paseos por el barrio latino de París, donde se encuentra la Sorbona. Está lleno de librerías de segunda mano y de tiendas un poco más asequibles que las de mi barrio (qué narices, el barrio latino, al lado de mi barrio es como un mercadillo de los gitanos). 
El jueves fui hasta mi amado centro de Clignancourt para inscribirme en las asignaturas de segundo de inglés, y fue bastante rápido, por varios motivos, porque la señora me atendió muy veloz y porque mis recorridos por ese barrio intento que sean más bien fugaces, ya que digamos que no es precisamente lo más seguro de París.

Victoria yendo de la puerta del metro a la puerta de la facultad

Decidí aprovechar lo temprano que era para volver al barrio latino y buscar una tienda que me habían recomendado (¡gracias, Clara!).
Así fue como descubrí la tienda 3 fois rien.... increíble.
Es un outlet en el que puedes encontrar desde sujetadores de señora tamaño XXL hasta trapos de cocina, chocolatinas, tazas, cuadernos, etc. Todo ello colocado en un orden hasta ahora incomprensible por el ser humano de inteligencia media. Ejemplo: velas aromáticas al lado de chocolatina y pintauñas (?).

En resumen, salí con una caja de 200 bastoncillos para limpiar las orejas por 50 céntimos, un gel Neutrógena con la etiqueta en español (no quiero saber cómo ha llegado hasta aquí) y una caja de chocolatinas iguales a las que me traía mi tía Llelle cuando trabajaba en la Línea de Gibraltar (ésto último por un euro, un precio nada recomendable, ya que es un paso más a mi gordura inminente). 

En dos días ya no quedarán chocolatinas (Victoria relamiéndose)

Después intenté ir a misa, pero cuando entré en la iglesia (todavía sigo dudando que fuera una iglesia) había un señor hablando en latín y todo el mundo estaba de rodillas casi besando el suelo. Me pareció que con lo del rollito raro de la Biblioteca François Mitterrand ya había tenido suficiente y salí huyendo. 

Siguiendo en el barrio latino, mi estudio de mercado sobre el precio de los crêpes ha llegado a una conclusión clara. Los crêpes más baratos hasta ahora son de un comercio de Túnez, que tiene en el escaparate unos dulces que provocan ríos de babas. No sé cómo se llama la calle, pero yendo desde el Boulevard Saint-Michel, giras la calle Saint Severin, te lo encuentras al final de la calle, de frente. Crêpe de queso, 2,5 (otro paso hacia la obesidad). 

Victoria bañándose el verano que viene en la Caleta

Y para no perder el hilo de gangas parisinas, pasamos a hoy, viernes, día en el que he conseguido terminar de inscribirme en las clases del primer semestre!!

Felicidad

Sólo llevo en París dos semanas (justamente se cumplen hoy) y ya tengo un grave problema: Los libros.
En estas dos semanas he adquirido 3 libros y una agenda, y diréis: "bueno, tampoco es para tanto". Pero hagamos cuentas: De todos los meses dura mi erasmus aquí, quitando el tiempo que estaré en España por vacaciones de Navidad, pasaré 32 semanas en París, a dos libros por semana, esto hace 64 libros en total, es decir, me quedaré pobre y sin sitio en la maleta. Pero... cómo resistirse a tanta librería?!!

Posible solución para el problema de espacio en la maleta. 
Sigo negociando el precio de la bolsa de viaje.

Hasta ahora he adquirido una novela de Ágatha Christie en inglés, Tristan et Iseut de Bédier (amor eterno a la literatura medieval francesa) y el mejor chollo hasta ahora (¿a quién he salido con eso de las ganas, querida mamá?): Verre Cassé de Alain Mabanckou por 20 céntimos. 
Sí señores, 20 céntimos, menos que lo que te clavan por un paquete de pipas en España. Y ante tu pregunta, papá: Sí, el libro tiene letras por dentro.

Mi cara ante el cartel del precio de los libros

Siguiendo con las gangas, una agenda a mitad de precio. Definitivamente he sacado el gen Medina. 

Y por hoy, eso es todo. Ah sí, he estado una hora en la Sorbona dando vueltas para encontrar una clase. Una hora. 

Besitos, Vic


miércoles, 18 de septiembre de 2013

Reuniones sorbonianas

He conseguido una tarjeta de la Biblioteca François Mitterrand. Sólo he tenido que firmar un papel donando mi cuerpo a la ciencia, hacerme un análisis de sangre y firmar bajo juramento que nunca he bailado una canción de Justin Bieber, pero finalmente, con mi cara de 9 de la mañana (foto hecha con la web cam de la Biblioteca)... ¡la tengo! Cuando el señor me la ha dado me he sentido agente de la C.I.A. Después, cuando me he enterado de que tenía que pagar 35 euros, me he acordado de su familia (esto me verifica mi idea de que sea una secta, te dejan entrar a cambio de dinero), pero bueno, ahí está, el pase hacia lo que serán mis primeras horas de investigación.

Victoria besando la tarjeta

No sé si lo sabéis, pero yo me crié en un sitio llamado "Biblioteca Municipal de Jerez de la Frontera". Mi padre decidió que los parques de bolas eran fácilmente sustituibles por la Sala Infantil de dicha biblioteca, y allí me dejaba en sus largas tardes de investigación en el Archivo de Jerez. Así que como podéis comprobar, entrar en la Biblioteca Nacional Francesa (aunque sea pasando el arco de detectores de metales), es todo un lujo para mí, y más poder investigar documentos, leyéndolos y estudiándolos. 

Este ansia por investigar se me irá cuando haya soportado 
cuatro chaparrones camino de la Biblioteca.

Y después de esta bonita excursión hacia el universo del investigador, volví al Foyer para terminar de rellenar papeles de la CAF.
Os explico: (porque este es un blog interactivo, a la vez que lees, aprendes)
La CAF es una organización francesa que todo estudiante erasmus debe conocer, ya que gracias a ella puedes recibir una ayuda económica dependiendo del tipo de alojamiento del que dispongas y de tu situación familiar. Pero si la Biblioteca te pide papeles, la CAF directamente pide hasta tus notas de preescolar. Tienes que presentar muchos justificantes y rellenar bastante papeleo, pero merece la pena porque te ahorras unos 100 euros al mes (como mínimo).

Victoria dándose cuenta de que necesita papeles que están en Cádiz


El miércoles me coloqué mi uniforme de femme d'affaires y me encaminé hacia las reuniones de la Sorbona en las que me explicarían cómo inscribirme (cuando ya me había inscrito) y donde me dirían cuáles eran las asignaturas que podía elegir (cuando ya tendría que haberlas elegido). Esto es algo maravilloso y grotesco a la vez que me gustaría comentar. Me encanta la sencillez de una universidad que te pide que hagas una lista con las asignaturas que quieres convalidar, pero que no te digan cuáles son las asignaturas disponibles. O que te digan que hay que firmar el acuerdo, pero que no lo traigas hecho. Quizás la inteligencia de estos genios de la organización universitaria no está a mi alcance, y por eso yo, una humilde estudiante, nunca llego a comprender los procesos administrativos.

Dicho en otras palabras: tenéis una organización que es una caca

Y allí estaba yo, leyendo las mil millones de asignaturas sobre literatura francesa que hay en la Sorbona, sabiendo que me voy a hartar durante este curso de dar cosas que no me gustan (gramática, lingüística) y que en la sala de al lado estarán explicando a los grandes de la literatura.

Evidentemente entré en depresión "in situ"

Y por hoy no hay más novedades. Bueno, ayer a Carmen y a mí nos atacó una paloma.

Besitos,

Vic

P.D.: He encontrado un restaurante marroquí donde pienso comerme un couscous por mi cumpleaños. Avisados quedáis.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Mañana en el metro e intento de inserción en secta mormona

Hoy era un día soleado y maravilloso.


Mentira

 Hoy he ido a inscribirme.... y como bien supuse ayer, iba a ponerle caras extrañas a la encargada de recibirme, que me dijo (muy simpática ella) que no podía y que volviera 4 horas más tarde. Lo bueno fue que disfruté de un largo viaje en metro gracias a problemas técnicos y además vi a un señor que entró en el metro en último momento y se cogió el culo con la puerta.

Pasando a otra cosa más importante... volviendo esas cuatro horas más tarde conseguí inscribirme en los cursos de primero de inglés y elegir los grupos que me vienen mejor (para no ir a clase los lunes: muahaha)


La mujer parecía un poco antipática parisina al principio, cuando llamé a la puerta fue algo así...


Y efectivamente, después comprobé que sí, era bastante antipática, cosa que jamás llegaré a entender ya que los erasmus son estudiantes especiales que vienen de un país distinto y que necesitan más ayuda que los demás. Querida señora, hablarme a velocidad de la luz, no ayuda.

Reacción que habría tenido esta mañana si no fuera porque 
mis padres me educaron en el seno de la paz y la no violencia.

Para volver a casa comprobé un fenómeno meteorológico desconocido hasta ahora: la lluvia horizontal. 
Sigo teniendo graves problemas para entenderme con el tiempo parisino, después de pasarme dos días llevando botas de lluvia sin que lloviera, hoy que me había puesto unas converse, llueve cual diluvio universal de Noé. Evidentemente he terminado chorreando de la cabeza a los pies (y lo mejor es que llevaba paraguas).


Una parte importante de mi estancia erasmus es una investigación secreta que la universidad de Cádiz me ha encargado (lo siento, no puedo dar más detalles), para ello me dirigí esta tarde (acompañada de mi fiel escudera Carmen) a la Biblioteca François Mitterrand. Sólo para entrar ya tuvimos que enseñar bolsos y decir para qué queríamos ir... y después vino lo mejor. 


Os voy a revelar la gran verdad de la Biblioteca Nacional Francesa: No es una biblioteca. En realidad es una especie de secta satánica en la que te piden todo tipo de documentos para poder consultar revistas, libros y archivos. Es evidente que dentro de esos archivos se encuentra (al menos) el plano secreto para llegar al Santo Grial. Querido autor de "El Código Da Vinci", te equivocaste de emplazamiento para la película, la biblioteca habría ido muchísimo mejor, con tanto secretismo, tarjetita e identificación. Así que tendré que volver mañana (porque no me dieron una solución en el momento, ah no, eso nunca), para que me digan qué tipos de papeles tengo que presentar para acreditar mi necesidad incipiente de consulta (quizás tenga que hacerme un análisis de sangre y todo). 
Bibliotecaria de François Mitterrand volviendo a su planeta de origen

Hoy para terminar voy a dedicar un trocito de este blog a mi barrio de París, o más bien a mi calle: Avenida Jorge V (Avenue George V). Para quien no conozca París, os lo voy a resumir en poco: En una esquina tenemos la tienda de Luis Vuitton y en la opuesta el puente donde murió Lady Di. 
Así que no es extraño que me pasen cosas como:

-Me abran la puerta del foyer como si fuera una actriz de Hollywood (y no del de la Caleta, sino del de verdad)

-Encontrarme a un tío con un chaleco antibalas delante de una joyería

- Que me salude el lacayo del hotel de enfrente.
-Tener que esconder las bolsas del Carrefour dentro de bolsas de "Chanel" para no pasar sintiendo vergüenza.
-Pasearse por la calle como si fuera una modelo de alta costura.
Y por supuesto, tener la posibilidad en cada esquina de encontrar un marido multimillonario...


Perdón, perdón... a un multimillonario de verdad


Hasta pronto, un beso,
Vic

domingo, 15 de septiembre de 2013

Jornadas de patrimonobras

Este fin de semana han sido las Jornadas de Patrimonio, es decir, dos días del año en el que el gobierno francés abre al público sitios que normalmente tienen vetadas las visitas, como el Petit Palais, l'Assamblé Nationale, etc. Y además, la mayoría son... ¡gratis!
(Reacción de la gente en las colas de los monumentos gratuitos)

Hay que decir que las jornadas nos han decepcionado un poco, pues justo las cosas que queríamos ver estaban cerradas por obras! Así que nos hemos quedado con las ganas de entrar en la Biblioteca Nacional de Richelieu, pero bueno, espero que terminen pronto.
Sin embargo pudimos entrar en la Asamblea Nacional, y ver el despacho del presidente francés (que sin embargo tiene nombre holandés). Una oportunidad única que compartimos con otros cientos de chinos turistas.

Por la tarde me volví a casa porque el maravilloso y exquisito clima de París me está dejando el cuerpo rendío. En esta ciudad una nunca sabe cómo acertar... te pongas lo que te pongas vas a pasar frío o calor, o te va a llover o a hace un sol imprevisible...


El domingo por la mañana teníamos una excursión con el foyer a las 6 y media de la mañana. Sí queridos, habéis leído bien, a esa hora infernal. Allí estábamos Carmen y yo como dos campeonas luchando contra el despertador para descubrir el patrimonio parisino. Lo que no sabíamos era que el foyer nos había tendido una cruel trampa... y estuvimos 3 horas en la cola para ver la residencia del primer ministro francés (visita que duró 20 minutos). 

Victoria a las 6 de la mañana cuando sonó el despertador

Después aprovechamos para continuar con el espíritu cultural y patriótico y visitamos el Palacio de Luxemburgo y el Hôtel de Ville (en el que podemos encontrar a una teniente alcalde de San Fernando, cómo te quedas). 

La tarde la dediqué a intentar arreglar los horarios, porque mi querida Sorbona tiene una media de 7 grupos en cada asignatura, y contando con que tengo 6 asignaturas, pues para cuadrarlo todo me llevó un buen quebradero de cabeza. (Probablemente mañana vaya a inscribirme y me digan que no puedo o algo así).

Mi cara mañana en el departamento de inscripciones

Para terminar, os dejo una pequeña lista de cosas buenas que está teniendo mi estancia en París... y las no tan buenas:

-Cada vez que no sé qué cocinar o no tengo comida, (siempre), voy a la cocina común y suelo encontrar una cena gratis
(Querida Mamá, es una pequeña exageración, 
cocino al menos una vez en semana)

-París es un sitio perfecto para pasearse, y ahora que no hace mucho frío se apetece caminar.

 Estoy intentando autoconvencerme de que hace calor, 
pero en realidad hace un frío de narices

-En mi magnífico móvil nuevo he encontrado un juego que me mantendrá entretenida durante los viajes de metro

Cosas no tan buenas...
El wifi no llega hasta mi cuarto, así que por ahora mantengo conversaciones de skype en medio del salón o del pasillo de mi cuarto. (Para ser exactos el wifi llega exactamente a 3 metros de mi puerta, y ahí se desconecta).

Lo mejor hasta ahora: Estoy comiendo queso dos veces al día, y si no vuelvo rodando a España, probablemente me convierta en ratón.



Besitos,
Vic

viernes, 13 de septiembre de 2013

Rompiendo la norma: en el metro después de media noche

Otra vez tengo la suerte de poder escribir sobre mis vivencias parisinas, y aprovechar para romper algunos mitos, de los que yo misma hago uso para reírme un poco.
Aunque los parisinos tengan fama de ser más secos que una pasa, tengo que decir que he encontrado mucha gente aquí dispuesta a ayudar, a darte toda la información que necesitas, en definitiva, que ha sido amable como cualquier persona educada que se precie. Así fue como me enteré de que podía hacerme la tarjeta de transportes navigo de forma gratuita (presentando un justificante de domicilio), que podía comprarme una tarjeta sim a precios baratos y que podía abrir una cuenta por un coste muy económico. Todas estas cosas las he sabido gracias a los parisinos que tan mala fama tienen, así que, ¡menos prejuicios!

Bueno, el jueves estuve finalmente arreglando papeles de la Sorbona, pero evidentemente....¡no he terminado! Hay horarios que todavía no han salido, etc., pero, estoy muy tranquila...


(Mentira cochina, estoy de los nervios)

Así que después decidí pasearme por las tres facultades que tendré que pisar este curso (cada una en una punta distinta). Y, otra vez, el chico que tan atentamente me ha atendido en la Sorbona (centre Clignancourt), después de intercambiar unas cuantas frases preguntándole cosas sobre horarios.... pun! Era español. Desde luego... estamos invadiendo los países europeos, ni que faltara trabajo en España...


También he aprovechado para comprarme un móvil libre... y como buena estudiante erasmus, he comprado el último Sansung Galaxi S4!


Además de servirme como teléfono, como estamos escasas de útiles de cocina...


En resumen, fue un día bastante tranquilo, aunque montándome en el metro unas 8 veces (cada facultad está en un distrito distinto), me he convertido en toda una experta de líneas (mis ganas).


Por la tarde, mirando por internet, vi que había un concierto al pie de la torre de Montparnasse, gratis, por el aniversario de dicha torre (sus 40 años). Ponía "orquesta" y fuimos Carmen, Asel, María y yo. No, no era música clásica (chanannnn), era un grupo de 5 personas de edad importante cantando éxitos de los últimos 40 años. Vamos, cantando las canciones del verano (francés) de los últimos años, acompañado de un espectáculo de luces de la torre. Y ahí estábamos, dándolo todo.


El viernes por la mañana, Carmen y yo lo dedicamos a hacer el tour de visitas a las iglesias cercanas a nuestro foyer (hogaaaaar, hogaaaar). Justo delante tenemos la Catredal americana (por si nos viene una intensa necesidad de escuchar Gospel) y muy cerca a Iglesia de Chaillot, que es el cura que se encargó de fundar (junto con la duquesa de Galliéra) el hogar donde vivimos. 
La Iglesia de Chaillot es impresionante, inspirada en el estilo bizantino (Papá, corrígeme si me equivoco) y los domingos hay misa en español (para los despistados y para cuando venga mi abuela a verme). 



Y después de cenar... ¡primera visita al Barrio Latino! Dimos un gran paseo por allí viendo todas las tiendas de comida, bares, etc. a precios bastante más económicos que el resto de París. Como buena hija de la Queti, estoy haciendo un estudio de mercado para ver dónde encuentro las crêpes más económicas de todo París. (Voy por 2,5 la de nutella, ¿alguien da menos?)


Para volver teníamos un bus que deja al lado de foyer, pero claro... en algún momento algún detalle de nuestro plan genial tenía que fallar.... ¡cogimos el bus en sentido contrario! Espera, un momento, voy a haceros ver lo catastrófico que era: ¡cogimos EL ÚLTIMO bus en sentido contrario! Nos bajamos, pues, en otra parada sin más buses que coger... ¿qué nos quedaba? ¡El metro! Así que a una semana de llegar a París (justamente) ya he incumplido la gran norma de no coger el metro por la noche. Tengo que decir que estaba atestado de estudiantes, con una marcha impresionante y que llegamos perfectamente, sanas y salvas, al foyer. (Mamá, si estoy escribiendo esto es porque estoy bien, así que no me eches broncas). 

Si fuéramos Spiderman no habríamos tenido problemas

Y finalmente... este fin de semana son las ¡JORNADAS DE PATRIMONIO! Podremos entrar gratis en muchos sitios que están cerrados al público durante el resto del año... a ver qué nos depara el fin de semana. Por lo pronto mañana hay que despertarse temprano, así que ¡buenas noches!

Besitos, Vic

Reacción que posiblemente tenga mañana
cuando suene el despertador