domingo, 8 de junio de 2014

Primeras peripecias de una "agente de recepción" de la Torre Eiffel


Desde hace días recibo cartas anónimas, llamadas a altas horas de la mañana, mensajes al móvil, espontáneos por la calle y todos me dicen lo mismo: 
Pepis, ¡¡¡¡estamos esperando tu entrada sobre la Torre Eiffel!!!!! 
Lo siento querido público, me he hecho de rogar y no por capricho sino porque mi apretada agenda me lo ha impedido (mentira). 

El día 16 de mayo fue mi primer día de trabajo en la Torre Eiffel, Victoria preparada con un maravilloso uniforme color verde caca y con la torre en naranja, se encaminaba llena de ilusión (y muerta de miedo).

Lo que yo imaginaba que pasaría

Pero nada podía impedirme que las cosas fueran bien, decidí poner mi mejor sonrisa y preguntar a dónde tenía que ir. Me asignaron una persona con la que tendría que pasar las 8 horas de mi primer día de formación (eran 4 días) y tuve la suerte de topar con un hombre que llevaba 18 años trabajando allí y que, aunque era duro, fue muy simpático conmigo. Me enseñó tooooodas las claves, y aunque creía que jamás llegaría a almacenar toda la información en mi cabeza, ese mismo día ya pude hacer trabajo sola, siempre con mi sonrisa perenne...

Como yo creía que sonreía....

Como realmente me veía la gente

Descubrí entonces cómo manejar los ascensores, cómo responder a cualquier pregunta de un turista, desde el que busca el baño hasta el que te pregunta cuánto mide cada uno de los pisos de la torre.... Descubrí lo bonito que es recibir el agradecimiento de la gente a la que ayudas, descubrí la emoción, los gritos de la gente que sube por primera vez a este monumento.... y no sólo eso, descubrí unos compañeros acogedores, gente a la que le gusta su trabajo, y que sobretodo te acogen con los brazos abiertos, sea cual sea su tarea, limpiador, cajero o jefe. 
Por esa parte no tengo ninguna queja, creo que he tenido muchísima suerte de encontrar un primer trabajo que me apasione, que cuando llega la hora de volver a casa, me sepa a poco. 

Al principio lo peor fue orientarse, allí el sur, allí el norte, allí el pilar de oeste, detrás del este el baño, las escaleras allí, el ascensor allá, la tienda pa' el otro lado....Me llevé tres días teniendo pesadillas de preguntas de turistas a las que no sabía responder.

¿Y las experiencias? Mi madre dice que tengo que escribir un libro de anécdotas, y es que no me faltan.  Cada día pasa algo que te saca una carcajada. Pero no os preocupéis,¡os he preparado una selección de las mejores!
He llegado (no sé cómo) a hablar hasta en alemán, y la frase de anuncio de la segunda planta (que hay que decir en varios idiomas)¡ya me sale hasta sin pensar!
C'est le deuxième étage, vous devez changer d'ascenseur pour aller au sommet.
This is the second floor, you have to change lift to go to the top
(En este momento, cuando ves que hay gente que todavía no ha querido salir del ascensor... hay que decirlo en español e italiano) 
Esta es la segunda planta, hay que cambiar de ascensor para ir a la cima 
Questo è il secondo piano, bisogna cambiare ascensore per andare al punto più alto...
Y entonces ya todo el mundo se mueve

Victoria pavoneándose de su conocimiento lingüístico

En mi tercer día de formación, encontrándome yo (toma giro quijotesco) en la fila de las reservas, vi llegar a un grupo de unas treinta personas de edad alta-media (el uso del oxímoron "alta-media" tiene una simple explicación, no quiero que nadie que me lea, me pregunte después que qué entiendo por "edad alta" y se cabree diciendo que tampoco son tan viejos). Hasta ahí todo correcto, el guía (era el guía porque llevaba un paraguas aunque no lloviese) vino hacia mí y me dijo du yu espik inglis? A lo que evidentemente respondí: Sí caballero, hablo español.
 El hombre me preguntó entonces que si estaban en el lugar correcto para entrar con una reserva, y le respondí que sí, pero que tenían que esperar unos minutos porque llegaban un poco antes de la hora. El hombre se giró y dijo: ECHARSE TOS PA'ALLÁ QUE TOAVÍA NO EH.
Victoria, maravillada por el acento tan familiar miró bien el grupo de personas y descubrió a un señor.... vestido con la camiseta del Cádiz CF. Me salió del alma, fue humano, tuve que decir: ES DE CAIIIII 
Lo que ocurrió después fue simple, el señor me escuchó y me preguntó si era española, a lo que le respondí que no sólo era española, sino que era gaditana. Ni que decir tiene que se puso contentísimo, y antes de pregonarlo al resto del grupo quiso asegurarse y pregunto; pero de Cai Cai? de qué barrio?
-De al ladito del Carmen 
Y entonces, dirigiéndose al resto de su grupo.....
ES DE CAI CAI, DEL MENTIDERO!!! UNA GADITANA EN LA TORRE EIFFEL!!
Por una parte me sentía un poco angustiada porque recordemos que estaba todavía en periodo de formación (a todo esto mi formador estaba al lado descojonándose de mí) pero por otra parte experimenté una alegría inmensa al encontrarme a gente de mi tierra, de al ladito de mi casa, y de ver que la solidaridad gaditana se presentó en menos de dos segundos. Reproduzco algunas de las frases que escuché...
¡Dicen que los jóvenes os vais de vacaciones, pero mira, a trabajar van!
¡Yo soy de la calle Nueva!
¡Yo de la avenida!
Y entonces.... el señor me pregunto si podía hacerme una foto con él, por supesto! es un honor! Lo que yo no sabía es lo que me prometió después: voy a hablar con fulanito (imposible recordar el nombre) pa que la ponga en la revista del Cádiz CF!!
Así que a la espera estoy, a ver si tengo suerte y me hago famosa ¿no?


Y como esta, muchas más. He aprendido la sutil diferencia que hay entre la palabra restroom y restaurant. Ojo, parece fácil, pero cuando te la dicen a toda velocidad... y más cuando un rubio de anuncio de colonia viene hacia ti, una Victoria preparada para contestar a lo que le echen...
-Where is the restroom?
-Well, which one? Because there are two! One in the first floor and the other one is...
-No, the bathroom, toilet
-Ah, well, just there...

(traducción: Soy estúpida, he confundido el váter con un restaurante)

Y por último la bonita imagen de una mujer que creo que era checoslovaca, vestida con el traje típico de allí que por señas me preguntó que dónde podía esconder un cuchillo que llevaba en el bolso, y que evidentemente no le dejaban pasar.... Gracias a mis grades conocimientos de checo (y hasta de eslovaco) fui capaz de decirle que tenía que enterrarlo en el jardín de enfrente. 
(Sí queridos, hice mímicas y la señora me entendió, y todos contentos).


Viva yo

Espero poder seguir al menos todo el verano trabajando en este magnífico monumento que ya lleva a sus espaldas más de 236 millones de visitantes.... y ¡que vengáis todos a verme!

Mil besos mis queridas y queridos



4 comentarios:

  1. Ay, Pepis, me encanta leer tus entradas. Y es que me imagino cómo reaccionaría yo si me encontrase por ahí a alguien de mi pueblo jaajajajajajaja

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  2. Fijate que yo pensaba que eras jerezana...

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    1. !hombre algo de "jerezana" hay, pero mi niña nació en la calle Feduchy en el Centro de la Capital gaditana.... es lo que tiene tener madre gaditana.

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  3. !me encanta! pero me ha sabido a poco ..... como el jamón..... otro día otra "tapita"

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