Durante estos dos días he podido disfrutar de los paseos por el barrio latino de París, donde se encuentra la Sorbona. Está lleno de librerías de segunda mano y de tiendas un poco más asequibles que las de mi barrio (qué narices, el barrio latino, al lado de mi barrio es como un mercadillo de los gitanos).
El jueves fui hasta mi amado centro de Clignancourt para inscribirme en las asignaturas de segundo de inglés, y fue bastante rápido, por varios motivos, porque la señora me atendió muy veloz y porque mis recorridos por ese barrio intento que sean más bien fugaces, ya que digamos que no es precisamente lo más seguro de París.
Victoria yendo de la puerta del metro a la puerta de la facultad
Decidí aprovechar lo temprano que era para volver al barrio latino y buscar una tienda que me habían recomendado (¡gracias, Clara!).
Así fue como descubrí la tienda 3 fois rien.... increíble.
Es un outlet en el que puedes encontrar desde sujetadores de señora tamaño XXL hasta trapos de cocina, chocolatinas, tazas, cuadernos, etc. Todo ello colocado en un orden hasta ahora incomprensible por el ser humano de inteligencia media. Ejemplo: velas aromáticas al lado de chocolatina y pintauñas (?).
En resumen, salí con una caja de 200 bastoncillos para limpiar las orejas por 50 céntimos, un gel Neutrógena con la etiqueta en español (no quiero saber cómo ha llegado hasta aquí) y una caja de chocolatinas iguales a las que me traía mi tía Llelle cuando trabajaba en la Línea de Gibraltar (ésto último por un euro, un precio nada recomendable, ya que es un paso más a mi gordura inminente).
En dos días ya no quedarán chocolatinas (Victoria relamiéndose)
Después intenté ir a misa, pero cuando entré en la iglesia (todavía sigo dudando que fuera una iglesia) había un señor hablando en latín y todo el mundo estaba de rodillas casi besando el suelo. Me pareció que con lo del rollito raro de la Biblioteca François Mitterrand ya había tenido suficiente y salí huyendo.
Siguiendo en el barrio latino, mi estudio de mercado sobre el precio de los crêpes ha llegado a una conclusión clara. Los crêpes más baratos hasta ahora son de un comercio de Túnez, que tiene en el escaparate unos dulces que provocan ríos de babas. No sé cómo se llama la calle, pero yendo desde el Boulevard Saint-Michel, giras la calle Saint Severin, te lo encuentras al final de la calle, de frente. Crêpe de queso, 2,5 (otro paso hacia la obesidad).
Victoria bañándose el verano que viene en la Caleta
Y para no perder el hilo de gangas parisinas, pasamos a hoy, viernes, día en el que he conseguido terminar de inscribirme en las clases del primer semestre!!
Felicidad
Sólo llevo en París dos semanas (justamente se cumplen hoy) y ya tengo un grave problema: Los libros.
En estas dos semanas he adquirido 3 libros y una agenda, y diréis: "bueno, tampoco es para tanto". Pero hagamos cuentas: De todos los meses dura mi erasmus aquí, quitando el tiempo que estaré en España por vacaciones de Navidad, pasaré 32 semanas en París, a dos libros por semana, esto hace 64 libros en total, es decir, me quedaré pobre y sin sitio en la maleta. Pero... cómo resistirse a tanta librería?!!
Posible solución para el problema de espacio en la maleta.
Sigo negociando el precio de la bolsa de viaje.
Hasta ahora he adquirido una novela de Ágatha Christie en inglés, Tristan et Iseut de Bédier (amor eterno a la literatura medieval francesa) y el mejor chollo hasta ahora (¿a quién he salido con eso de las ganas, querida mamá?): Verre Cassé de Alain Mabanckou por 20 céntimos.
Sí señores, 20 céntimos, menos que lo que te clavan por un paquete de pipas en España. Y ante tu pregunta, papá: Sí, el libro tiene letras por dentro.
Mi cara ante el cartel del precio de los libros
Siguiendo con las gangas, una agenda a mitad de precio. Definitivamente he sacado el gen Medina.
Y por hoy, eso es todo. Ah sí, he estado una hora en la Sorbona dando vueltas para encontrar una clase. Una hora.
Besitos, Vic
"pa" mi que te metiste en una iglesia de seguidores del Sr. Lefebvre.
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